Me enciendo a las 6:00 para despertarlo, con Beautiful Day de U2 o con Every Morning de Sugar Ray. Debido a mi programación, sigo reproduciendo canciones hasta que alguien ponga pausa o me apague.
No lo vuelvo a ver hasta la hora en la cual me lleva a su bolsillo para poder ir a la universidad. De camino a la UPC escucha cualquiera de las canciones que haya guardado en mi, pero en mayormente las de Red Hot Chili Peppers y Maná. Al llegar a su respectiva aula me apaga.
Al acabar sus clases me vuelve a encender para continuar el repertorio musical (y para evitar oír los ruidos de la calle y la música del bus) mientras va a casa en tres tramos: bus, bicicleta y a pie. El bus lo lleva desde la UPC hasta la avenida Aviación, en donde puede pedir una bicicleta prestada hasta la estación de bicicletas Ebony, para finalmente caminar a casa un par de cuadras. Al llegar a casa me apaga y es en ese instante en el cual sé que no volveré a encenderme hasta las 6:00.
Bien, Rodrigo. Sólo debes entender más al objeto y pensar cómo sentiría o cómo te observaría.
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